“Pasito a pasito”
Cuando realizamos el cambio de color de nuestros muebles de madera hay tres fases que tenemos que llevar a cabo para asegurarnos un buen resultado sin contratiempos. En muchas ocasiones, decorar un mueble nos puede llevar bastante tiempo y es recomendable completar el trabajo para que dure en el tiempo y no se deteriore con facilidad.
Es una de esas tareas que a veces nos puede dar muchísima pereza tanto por el trabajo que supone como por todo lo que manchamos. Pero es imposible conseguir un buen acabado, si previamente no hemos preparado bien la superficie. Según el estado de la madera, aplicaremos uno u otro producto, lijaremos o combinaremos ambas opciones. Y según si queremos que se vea o no la veta de la madera, actuaremos de una forma u otra. En breve, os detallaremos todas las opciones, pero para que ir entrando en materia os contamos:
Llego el momento. Ahora sí que vamos a empezar a pintar nuestro mueble. Ya hemos decidido si queremos o no que se vea la veta de la madera. En función de esa decisión usaremos unos productos u otros:
Estos productos podemos encontrarlos en base disolvente y base agua, los denominados acrílicos. Nosotros siempre apostamos por estos últimos que son más ecológicos, huelen menos y son más fáciles de limpiar, ya que no hace falta disolvente para retirarlos de las herramientas. Podemos utilizar brocha, rodillos, spray o pistola para crear la capa de color. En breve, os contamos las peculiaridades de cada uno y cómo utilizarlos.
No hay excusas para no proteger nuestros muebles. Es verdad, que puede ser tedioso, que algunas veces el barniz puede modificar de una forma que no queremos el color, pero nunca debemos de dejar un mueble sin protección. Lo que en un principio puede parecernos un verdadero logro y ser nuestra debilidad, en unos días puede llenarse de innumerables manchas o cambiar por completo el color por los efectos del sol, la lluvia… Tenemos dos opciones:
Éstas son las tres fases que tenemos que recorrer junto a nuestros muebles cuando queremos cambiar su color. Es sólo la forma más sencilla de personalizarlos porque podemos añadir una cuarta fase. Una vez que hemos cambiado su color podemos decorarlo con multitud de técnicas donde usar la pintura, el papel, los hilos, las plantillas… las posibilidades son innumerables, por eso dedicaremos un curso completo a las técnicas decorativas. Como adelanto, os dejamos un apéndice dedicado a cinco formas diferentes de hacer decapados en madera. Así tendréis más técnicas para personalizar vuestras piezas.