Hoy vamos a proponeros un nuevo proyecto. Hemos pasado unos días reciclando una caja de vinos y os contamos la razón. No sé si sólo me pasa a mí, pero cuando me pongo a pintar, siempre termino pillando la primera tapa de plástico que encuentro para poner un poco de agua, o incluso guarreo la tapa del bote de la pintura. No soy una obsesionada de la limpieza, pero no puede ser que tenga pintura por todas partes. Así que he decidido que esto tiene que terminar y tras darle una vuelta he decidido montarme un estuche para las pinturas. ¿Cómo lo hacemos? Pues, reciclando una caja de vinos de madera y con la ayuda de Sprout, un nuevo ordenador diseñado por HP, que nos han retado a probar las chicas de Handbox.
Cuando me propusieron probar Sprout, lo primero que pensé, ¿para qué puedo usarlo? Y es verdad que muchas veces me pasa que la imaginación tiende a ser más ambiciosa que la realidad. Es decir, yo lo imagino, lo veo, pero luego, no cuadran las cosas. Y más aún, cuando dices, te voy a pintar de gris una mesilla, el gris que viene a la cabeza de las personas que están hablando no suele ser el mismo. Y creo que eso, lo resuelve el Sprout. Si os digo, te voy a decorar un mueble con papel lleno de cartas escritas a mano y te mando esta foto, creo que no hay mejor explicación, ¿no?
Con las nuevas tecnologías tengo una relación rara. Al principio me cuesta, pero luego, no soy capaz de dejarlo. Cuando me encariño con un ordenador, programa o móvil, cambiarlo me resulta difícil. Y con el Sprout ha sido amor a primera vista. Una vez que vi la cantidad de cosas que podía hacer con él, me volví loca y me llevé un carrito de la compra lleno de materiales para experimentar con ellos. El Sprout te permite escanear y posteriormente, modificarlos, cambiar el tamaño, combinarlos. Y aquí empieza el abuso. A mí me gusta mezclar papeles, hacer trocitos y crear collage. Pero, no siempre es fácil cuadrar todo. Así que esa tarea ingente, por una vez se la he dejado a un ordenador. Y allí que me fui yo con el carrito de la compra hasta arriba de papeles de scrap, servilletas, papel de arroz y papel hecho a mano. Podemos capturar todo. Lo primero, la capa de vinos, es decir, la superficie exacta con la que vamos a trabajar y los cajones. Luego, todo clase de materiales que tengamos. Más aún, no existía en papel, pero yo quería esa ilustración. Escaneamos una imagen de una agenda y con todo montamos nuestro propio diseño para decorar la caja de vinos.
Las opciones nos sobraban. Como tiradores teníamos tres alternativas: correas de cuero, cucharas y piezas de madera. Escaneamos, probamos y elegimos.
Recortar, sumar, descartar, girar, agrandar… hasta lograr montar el collage que nos servirá para el exterior de la caja. Además, con un factor importante. En la parte superior van dos agujeros para colocar un bote de pintura y otro para el agua. Escaneamos las tapas y de esta forma, el collage se adapta perfectamente a la forma que tendrá en la realidad. Ordenamos todo y tenemos a mano la pintura con la que estemos trabajando y un tarrito con agua para ir diluyendo.
Podríamos ir cortando los pedacitos de papel y montar el collage directamente sobre la madera. Pero, nos puede pasar que el tamaño de cierto motivo sea muy grande o muy pequeño sobre el papel. Cuando nos encaprichamos de una mariposa en concreto y no nos cuadra su tamaño real, podemos escanear y adaptar las dimensiones al mueble. Con el cajón escaneado en la pantalla podemos ver exactamente cómo queda y qué espacios vamos llenando.
Con un poco de pintura, pegamento y los tornillos vamos dando forma a todo. Por cierto, señores de HP, si les avisan de que una mujer se ha acercado demasiado a un Sprout y lo ha metido en un carrito de la compra, no hace falta que llamen a la policía para iniciar una investigación. He sido yo!
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