Me gusta cotillear. Bueno, en el buen sentido de la palabra. O al menos eso creo yo. Que es en el buen sentido de la palabra. Me gusta ver sitios nuevos. Tomarme un tiempo para mirar las cosas y tocarlas. Por eso el otro día, dentro de una carpintería en Albacete, era la niña más feliz del mundo. Me encanta el olor a madera cortada y me gusta tocar el serrín recién cortado. Esa capa que se te queda en los dedos casi blanquecina y tremendamente suave.
Pero para llegar a cortarla, primero hay que elegir el listón entre todos los que están apilados.
Es curioso cómo conviven el metal y la madera en una carpintería. En cierto modo, no tiene mucho sentido uno sin el otro. Como en la caja de las gubias, una herramienta para hacer verdaderas maravillas con empuñadura de madera y filo de metal.
Y me gusta ver las huellas del paso del tiempo en ambos. Los colores que va dejando y las texturas.
Y entre tanta madera encontré un inquilino.
Entrar en una carpintería, en parte es entrar en otro mundo, en ése en el que todavía usan las manos para construir, para que lo que hemos imaginado se haga real. Un espacio en el que no hay miedo a mancharse, sudar, llenar las manos de grietas… Es otra forma de interpretar las cosas. No sé si mejor o peor, simplemente otra forma de encarar el paso del tiempo e ir sumando capas.
A esto dedico mi tiempo de ocio y por eso estas fotos participan en Hoy Compartimos, una iniciativa de Nika Vintage y Lorena Pose, que os recomiendo.
17 comentarios
El olor a madera, serrin, y demás, viaja conmigo desde muy pequeña, y aunque en su dia pense que lo odiaba y que no lo soportaba, más tarde me dí cuenta de que nada mas lejos, me encanta!!!
Menudas fotazas, el sitio tiene que se súper especial.
Y dónde dices que está esa carpintería?? tiene un aire muuuuy artesanal 😀
En un pueblo de Albacete. Últimamente ando muy castellana…
Unas fotos espectaculares. A mí también me encanta entrar en una carpintería artesanal, en mi pueblo todavía las hay, y el olor es indescriptible. Besos.
Me encantan tu fotos! Tienes una forma de trasnmitir a través de la cámara alucinante! Gracias por enseñarnos el lado precioso de las cosas
Unas fotos increibles, yo también disfruto mucho en lugares así, me encantan las maderas con o sin trabajar.
bstos
Me encanta!!! Yo también paso mucho tiempo en la carpinteria un tiempo bien invertido…disfrutando….
Que fotos!!!!!
Besitos
Qué gozada de fotos!!!. La verdad que a veces hay sitios increíbles ahí cerca, y no nos damos cuenta. Un abrazo fuerte.
Maribel.
Se a que te refieres con eso de sentirse la niña más feliz del mundo,
y es que cada una tenemos nuestros lugares especiales
bellas fotos, besitos
Fotazas!!!!! que sitio más encantador, el olor a madera recién cortada me flipa!!
Besazos y gracias por participar con tu original post.
Me ha encantando el post!!besos
que fotos! cuanto detalle!
Unas fotos Increíbles! Me han encantado!;)
Bsos
Me encantan tus fotos!! Estoy contigo, hay que pararse a mira y tocar las cosas, para darles el valor que realmente tienen 😉
Besitos!
Ehhhhh !!! que bien te ha quedado, sobrina.
Un saludo.
Tu post me ha hecho revivir momentos de mi infancia. Había una carpintería cerca de mi casa y recuerdo las montañas de serrín acumuladas en la entrada y ese olor tan especial de la madera recién cortada. Cuando había que hacer algún trabajo escolar con madera iba a esa carpintería a comprar el material. Muchos años han pasado desde entonces. Preciosas fotos y un post fantástico. besos